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Por qué la variante Delta preocupa al mundo y pone en alerta a los sistemas sanitarios

La variante Delta del coronavirus detectada en India por primera vez en octubre de 2020 se caracteriza por ser mucho más transmisible que la original y está camino a convertirse en la dominante en el mundo, lo que está obligando a países a revisar el levantamiento de restricciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó ayer que la variante Delta o B.1.617.2 ya se detectó en al menos 132 países y es considerada como una de las cuatro mutaciones más preocupantes, junto con la Alfa, que se originó en Reino Unido, la Beta (Sudáfrica) y la Gamma (Brasil).

Las denominaciones refieren a letras del alfabeto griego, ya que la OMS ponderó que con nombres neutrales se evita el estigma de relacionar la mutación con el lugar donde se originó.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que es considerada “más contagiosa y resistente a las vacunas”.

Por su parte, Soumya Swaminathan, jefa del departamento de científicos de ese organismo internacional, sostuvo que “se transmite dos veces más que la variante Alfa” y que, a su vez, ésta última era un 50 por ciento más transmisible que la cepa originaria del coronavirus detectada en Wuhan, China.

“Tiene características que permiten que evada al sistema inmunitario y quizá sea más esquiva que la variante Beta, que hasta ahora era la peor. Además, tiene la mayor transmisibilidad entre las observadas hasta ahora. Es una combinación pésima”, agregó.

Los síntomas de la variante Delta son tos continua, fiebre, pérdida o cambio en el olfato o gusto, dolor de cabeza y garganta y secreción nasal.

Como algunos de ellos están más asociados a un resfrío común, muchas personas que tienen la variante Delta no se sienten muy enfermos y continúan con su vida, convirtiéndose así en un foco de contagio, advirtieron especialistas.

En la Argentina, hay 20 casos confirmados en la provincia de Córdoba y más de 800 personas aisladas preventivamente por ser contactos estrechos de viajeros que trajeron la variante al país, mientras se detectaron tres casos en Rosario y 22 en la provincia de Buenos Aires asociados a personas que estuvieron en el exterior.

En la Ciudad de Buenos Aires se encontraron dos casos que no presentan nexo epidemiológico conocido con viajeros.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, dijo este sábado que “de ninguna manera tenemos una circulación predominante” de la Delta e insistió con que “es imposible que el Estado nacional controle si en cada provincia no hay un apoyo; necesitamos trabajar esto en conjunto y también con la sociedad”.

Sobre la eficacia de las inmunizaciones frente a esa mutación, informes de la OMS sostienen que tanto la vacuna de Pfizer como la de AstraZeneca presentan una reducción de efectividad cuando se aplica una sola dosis, pero afirman que esta es mínima “cuando se recibe la pauta completa de alguna de estas dos vacunas y suficiente para neutralizar el virus”.

En tanto, el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Rusia aseguró que la vacuna Sputnik V tiene una efectividad de más del “90 por ciento” contra la peligrosa variante.

Y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dijo que las cuatro vacunas contra el coronavirus aprobadas en la Unión Europea (Pfizer, Moderna, Astrazeneca y Janssen) “protegen contra todas las variantes, incluida la Delta”.

El director de Estudios Clínicos de la EMA, Fergus Sweeney, explicó que los datos que tienen hasta el momento son que “dos dosis de vacuna protegen contra la variante Delta y que los anticuerpos de las vacunas aprobadas neutralizan esta variante”.

Sobre el origen de las variantes, Humberto Debat, virólogo e integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2, explicó a Télam que “los virus mutan todo el tiempo” y dijo que “los grupos de virus que comparten un ancestro común y una constelación de mutaciones son agrupados en linajes, y dentro de éstos, sublinajes”.

“La denominada variante Delta pertenece al linaje B.1.617. Delta es el nombre con que la OMS rebautizó el 1 de junio al sublinaje B.1.617.2, mientras que el sublinaje B.1.617.1 fue rebautizado como Kappa”, añadió.

Debat describió que “la variante Delta tiene dos mutaciones que están presentes en otras variantes de preocupación como la del Reino Unido (rebautizada por la OMS como Alpha) y la de California (renombrada como Epsilon).

La mutación denominada L452R -que comparte con Epsilon- se ha asociado con una mayor transmisibilidad, una reducción en la neutralización por algunos anticuerpos monoclonales y una reducción moderada en la neutralización en sueros posvacunación.

En tanto que la mutación P681R (presente en Alpha) podría ser la causa de una mayor transmisión derivada de una entrada más eficiente del virus a la célula.

Ante la expansión de Delta varios países de Europa revisaron sus estrategias sanitarias, aplazaron la reapertura de las actividades previstas e intensificaron las campañas de vacunación.

Además, la ralentización de la inmunización en las naciones que más avanzaron en sus campañas empujaron a varios gobiernos y empresas a imponer la vacunación obligatoria contra el coronavirus a toda la población o un sector, especialmente los trabajadores de salud o los que desarrollan una tarea frente al público.

Entre los países donde la variante ya representa más del 75% de los casos están India, China, Rusia, Indonesia, Australia, Bangladesh, Gran Bretaña, Sudáfrica, Australia, Portugal e Israel, según la OMS.

En Estados Unidos hubo “un aumento drástico” de esa mutación que “representa ya el 83 % de los casos secuenciados de Covid-19”, según afirmó la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, en una audiencia ante el Comité de Salud del Senado el pasado martes.

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